2 películas: una para ver y otra para quemar

 Saludos lectores esthéricos. Ya hace mucho de mi última aportación al blog de mi amiga, pero, como según dicen, nunca es tarde si la dicha es buena.

 Este tiempo he podido disfrutar de grandes películas, así como de auténticos bodrios por los que más de uno o una debería ponerse en la cola del PARO y dejar hueco a gente con verdadero talento e historias nuevas y originales que contar.

 Partiendo de esta premisa, podréis intuir que vengo con ganas de dar caña. Y, por eso, os hablaré de dos películas que despertaron en mí, por un lado, una gran ternura y risas, y, por otro, una que a pesar de contar con grandes estrellas de Hollywood no puede ser más mala y estar peor contada porque no es posible.

 Comenzaré por esta última, la desaboría “Un pedacito de cielo”, “A Little bit of heaven” en su título                                                                                                                                                     

americano. Fue estrenada en 2011 y pasó con más pena que gloria. Un día hurgando por la red conocí su existencia y me surgió la duda del porqué de su tardanza en ser doblada al castellano. La razón no podía ser más obvia… es lo peor de lo peor. Bueno, sus protagonistas son Kate Hudson, hija de mi querida Goldie Hawn; Whoopi Golberg; y, Kathy Bates. A simple vista, contando con grandes talentos de la interpretación (no lo digo yo, sus premios las abalan) no me era comprensible que fueran capaces de aceptar un proyecto como este, lo que hace patente que la escasez de papeles abunda en la gran meca del cine, pero tras media hora de visionado estuve a punto de vomitar. 

 La historia se centra en Marley, Kate Hudson, una joven super pesada y creída, obsesionada con su trabajo de publicista, que no es capaz de comprometerse con nadie y a la que le diagnostican cáncer de colon dando a su vida un vuelco. Todos sus familiares y amigos la arropan en mimos para hacerle crecer más el ego, si eso es posible, hasta que, un día, Whoopi Goldberg, se le aparece como Dios y le concede tres deseos. ¡Ay! De solo contar la trama me pongo malo. No hay mucho más que contar. No avanza, se estanca en la protagonista quien, a pesar de estar muriéndose, siempre cuenta con una sonrisa en la cara y soltando bromas absurdas. Lo único que salvo del film es la fugaz aparición de Peter Dinklage, el enano de Juego de Tronos, haciendo de stripper.

 Mi consejo sería quemar no solo la original, sino todas las demás copias hechas y, hacer como si jamás se hubiera hecho. No la veáis.

 La segunda película, por la que debo admitir me ha tocado la fibra sensible y, también, me ha sorprendido para bien es “Una cuestión de tiempo”, cuyo tema principal es las segundas oportunidades.

 2013 fue su fecha de estreno y aunque al principio estuve reacio a verla, hace apenas unos días me lancé y quedé absorto no solo por la historia y el buenísimo guión, sino también por la interpretación de sus protagonistas. Domhnall Gleeson, Rachel McAdams y, Bill Nighy son los principales en la historia.

 La película está ambientada en el Londres actual, lo cual ya solo de por sí me traslada a un sentimiento hogareño y de nostalgia, a pesar de nunca haber estado allí.

 Su director es Richard Curtis, responsable de otros grandes éxitos de taquilla como “Love actually” como director y guionista, ó, “Notting Hill” y “El diario de Bridget Jones” solo como guionista.

 Tim es un chico de 21 años que descubre que, al igual que sus antecesores masculinos, pueden transportarse al pasado y cambiar aquellas cosas que cree que deberían ser diferentes. Siempre estuvo enamorado de la mejor amiga de su hermano, quien lo rechazó, pero un día cualquiera acude junto a su mejor amigo a un nuevo restaurante en la ciudad donde se cena a oscuras y conoce a dos chicas, resultándole muy agradable la compañía de una de ellas, Mary, y, cayendo rendido a sus pies al verla en persona. Ella también le corresponde, pero a su vuelta a casa, su compañero de piso le cuenta que ha sido uno de sus peores días, por lo que sin pensarlo dos veces, Tim decide viajar al pasado para solucionar los problemas del amigo y así ayudarlo, lo cual hace que algunas cosas cambien como, por ejemplo, que, nunca conoció a Mary en ese restaurante. Por lo tanto, hará todo lo posible para volver a conocerla.

 Esta es solo la premisa de una película de más de dos horas que te saben a poco y, llena de momentos que uno nunca sabe si será mejor cambiar o vivir con sus consecuencias. Recomendable 100 por cien.

Eu.